En el suave abrazo del fin de año, nos sumergimos en la reflexión y la renovación. Este mes, te propongo que nos enfoquemos en un regalo especial para nosotras mismas: la sanación de nuestras relaciones.
En este artículo, exploraremos juntas cómo la ritualidad puede convertirse en un faro de luz, guiándonos hacia relaciones más saludables y fortalecidas. Sanar nuestras relaciones, nos permite caminar ligeras, con las emociones templadas, así podemos disfrutar de la vida en armonía y en paz.
Revisando tu año:
Antes de abrir tu vida a un nuevo ciclo, es importante que cierres todo aquello que ha quedado pendiente de este año. Así que tómate un momento para reflexionar sobre tus experiencias y tus relaciones:
¿Cómo han evolucionado a lo largo del año? ¿Qué tensiones o alegrías has experimentado? ¿Qué lecciones has aprendido? ¿Qué aspectos de tu vida anhelan sanación?
Al hacer esta revisión, te invito a tomar la valentía de reconocer las heridas que puedan haber surgido en tus relaciones. Desde simples malentendidos hasta desafíos más profundos.
Recoge el regalo que te traen tus heridas
Algo que aprendí a lo largo de mi vida, es que antes de dar el paso hacia la comunicación con quien tenemos las diferencias, es importante hacer una revisión personal, si hubo un fallo en la comunicación, un malentendido, si se han tocado dolores o heridas, es posible que haya una parte de ti que necesita revisarse.

Por esto te propongo estas actividades:
- Prepara lápiz y papel y haz tu lista personal: identifica a todas las personas que este año te han removido el piso! Es esencial identificar estas heridas, para abrirte hacia la sanación.
- Toma tiempo para recordar lo vivido, recapitula: viaja a través de tus emociones, para revisar si la herida es profunda y duele, o es algo que solo fue momentáneo y solo se trata de resolverlo hablando.
- Si has encontrado tus heridas, conócelas: antes de tocar una herida debes conocer su estado, hay heridas profundas y otras superficiales. Observa hacia adentro de ti misma ¿Qué es lo que más te dolió? ¿Qué hay detrás de ese dolor? ¿Qué frases se repiten en tu mente? Reconoce lo que está al fondo. Muchas veces pasa que no son los actos, sino lo que estos pueden remover en nosotras, memorias del pasado o de nuestra infancia. Es la herida del abandono?, de la traición?, de la soledad?, etc.
- Atrévete a sanar, recuerdo que Amawta una vez me comentó que hay una gran diferencia entre sanar y curar. Me dijo que las mujeres nos hacemos mujeres sanadoras a partir de sanar nuestras propias heridas, de poner luz en ellas e ir a lo profundo. Tal vez en este punto necesitas ayuda externa, si es así búscala. No todas las heridas las podemos tocar solas.
- Tomate tiempo, todo proceso de sanación necesita un tiempo de recuperación. Cuando algo se ha roto, se ha dañado, está sensible y nos atrevemos a ir al paso de la sanación, también necesita tiempo. Para meditar, para reflexionar, para poner paz y separar que es lo tuyo y que le pertenece a la otra persona y sobretodo para agradecer y prepararte para el encuentro si se diera el caso.
- Acepta y Libera el sufrimiento, el dolor existe, es real, nos sucede cuando nos damos un golpe o tenemos una caída, pero el sufrimiento parte de nuestra actidud. Recuerda que las relaciones se componen de 50% y 50%, no todo te pertenece, ni todo es de la otra persona, observa tu parte, sana lo que te toca y libera lo que no es tuyo. Sanar es una opción de vida que te beneficia especialmente a ti.
- Prepárate para el encuentro, Ahora sí, la comunicación abierta, la empatía y la escucha activa son las herramientas que llevamos dentro en nuestro kit de sanación. Abre un espacio seguro para expresar tus verdades y escuchar las de la otra persona. Pero hazlo sin expectativa, hay puentes que por más que deseen reconstruirse necesitan mucha voluntad, tiempo y muchas horas de trabajo y aún así, no se restablecen.
Ritual personal de sanación y liberación de heridas
Siendo honestas es muy probable que a lo largo de nuestra vida nos encontremos con situaciones difíciles, donde la apertura hacia una escucha sea dificil, por no decir imposible.
Yo viví personalmente esta situación, en varios casos, por que la persona con la que tenía dificultades y diferencias había fallecido, por que el puente estaba tan roto que era imposible re-construirlo y también porque me tomé mucho tiempo para sanar, pues la herida era profunda y eso hizo que la persona ya tome otro rumbo y esté lejos de mi vida.
Así que, confiando en la magia de la vida, en los canales de vibración y en que todo es posible si lo hacemos con un corazón abierto. Hice este pequeño ritual que me ayudó a liberar y expresar aquello que no pude hacerlo en su momento:
- Escribe una carta con todo lo que sea importante para ti decirle a la otra persona, desde tu propia vivencia, sin buscar culpables, ni juzgar a nadie, ni a ti misma.
- Busca un espacio o momento frente a tu altar. Si no lo tienes, busca un lugar tranquilo donde puedas encender una vela y llamar a tus guías para que te sostengan.
- Explica tu propósito y solicita el sostén y ayuda a tus guías.
- Visualiza a la persona con la que tuviste tus diferencias, desde la libertad y el amor, pide a sus guías que te den el permiso de soltar y liberar los lazos de dolor que os unen.
- Pide a tus guías y al Arcangel Miguel que os rodeen con la llama violeta, para transmutar todo el dolor que está en vuestro campo energético.
- Y en este espacio, imagina como tu corazón se abre y puedes expresar todo aquello que necesitas decir, deja que las palabras de perdón fluyan como el agua, suelta y libera las emociones de dolor. Si lo necesitas lee en voz alta tu carta de perdón
- Y finalmente entrega al fuego tu carta, pidiendo a tus guías que te liberen del dolor, que sanen esta relación y liberen a la otra persona de las energías negativas que os unen.

En fin, recuerda que toda experiencia trae un aprendizaje, toda relación nos enseña sobre nosotras mismas, nos muestra aquello que necesitamos aprender, liberar o sanar.
Sanar tus relaciones es amarte a ti misma
No es sano guardar rencor o resentimientos por mucho tiempo, hasta la herida más pequeña si no se cuida puede infectarse y provocarte un dolor mayor. Por esto es importante que revises tu estado relacional varias veces al año.
Sanar tus relaciones es amarte a ti misma, es cuidarte y velar por tu salud emocional, por tu paz y tu armonía, para dar lo mejor de ti a quienes te rodean.
Te recomiendo buscar y conectar con tu comunidad de apoyo, busca conectar con los círculos femeninos, son un tesoro, pues allí te encontraras con mujeres y hombres que al igual que tú, buscan sanar y apoyarse en este crecer compartido.
Te invito a seguirnos en las redes y formar parte de nuestra comunidad virtual de Telegram SANANDO EN TRIBU, donde encontrarás recursos y personas de todas partes del mundo que resonamos con este camino de auto-sanación.
En fin, en este viaje de sanación, recuerda que cada paso cuenta. Comparte tus experiencias, pensamientos y reflexiones en los comentarios.
RECURSOS ADICIONALES:
- [Libro] «Cómo sanar relaciones heridas» de Martin H. Pavodani [leer aquí]
- [Video] «Sanar nuestras relaciones» – [Ir al video]
Que este artículo sea un faro de luz en tu viaje hacia la sanación relacional al cerrar el año. ¡Juntas, nos elevamos!
Warawara · Neila Marquina


Una respuesta a “El Regalo de Sanar: Ritualidad para Cerrar el Año”
Gracias amada hermana!!!
Me gustaMe gusta