Hace mucho tiempo que llevo reflexionando y meditando sobre un post anterior que habla sobre la relación que tenemos las mujeres con nuestro cabello. Recuerdo a mi abuela decir muchas veces que cortarle el pelo a una mujer era la peor amenaza que podían hacerle. No solo era el peor deseo, sino que tenía un simbolismo muy importante, privarle de una parte de sí misma, era un castigo, una sanción, quitarle algo que como mujeres amamos y cuidamos: nuestra cabellera.
En los Andes, la mayoría de las mujeres llevamos el pelo largo, es no solo parte de nuestra tradición, sino que está realmente dentro de nuestra forma de relacionarnos con la vida, el cabello es nuestra abundancia, es nuestro tesoro, tal así que muchas mujeres no permiten que nadie se los corte, más que ellas mismas o alguien de muchísima confianza.
El largo del pelo y el cuidado que le damos, tiene mucha importancia en lo cotidiano, lo trenzamos, es el símbolo de nuestra feminidad, lo peinamos una y otra vez, amamos nuestro pelo, amamos cuando crece y es abundante, nos amamos a nosotras mismas cuando sentimos que cae sobre nuestra piel, pero porqué es tan importante?
Meditando, sentí que cada hebra de pelo que sale de nuestra hermosa cabecita, es a modo de una idea, un pensamiento y un lazo que nos une con algo invisible…. una raíz, a modo de las plantas pero que está en nuestra cabecita. (Será que nos une hacia arriba?).
Cada finísima hebra de pelo que cae sobre nuestro rostro, ha compartido con nosotras experiencias, dias, noches, soles y lunas. La cabellera guarda parte de nuestra historia, de nuestras risas y lágrimas, de nuestros éxitos y nuestros fracasos. Son los recuerdos que se van acumulando mientras nuestro pelo crece y crece.
Sin embargo, también es cierto que existen momento en los que los recuerdos no son muy gratos, los pensamientos son pesados, y el pasado pesa mucho. Momentos importantes donde nos planteamos cambios profundos, momentos que nos llevan a renovarnos interiormente pero también exteriormente.
Es entonces, que muchas de nosotras, sentimos una urgencia casi vital a coger las tijeras y cortarnos el pelo… (por suerte ya hemos salido de las estructuras sociales donde estaba «mal visto») y ahora tenemos la libertad de hacerlo porque realmente lo sentimos.
Cortarse el pelo, así drásticamente, siento, es como liberar de golpe esa parte de nuestra historia, es como poner un punto aparte y abrir un nuevo capítulo en nuestro libro de la vida. Con cada mechón dejamos simbólicamente sentimientos, pensamientos, emociones, recuerdos que nos pesaban.
Cortarse el pelo, siento, va más allá de la estética, aunque también esta influye pues al dejar nuestra cabellera, o podemos acabar llorando porque no nos reconocemos, o acabar riendo porque nos vemos renovadas y hermosas…. ambas cosas pueden suceder incluso, una detrás de otra.
Como leí en un blog: «Cortarse el cabello, es la forma que tenemos de demostrar que podemos empezar de nuevo, que podemos dejar atrás los errores y que queremos que las cosas mejoren. Que no nos dejamos amedrentar por lo negativo, que hemos renovado nuestras energías, y eso se refleja en cómo lucimos».
Escribo esto, como meditando, como sintiendo, con el pelo corto después de casi siete años de llevar unas bellas trenzas… ha terminado una etapa en mi vida, y estoy lista para este punto y aparte… para escribir otro capítulo de mi historia y para entregar en esta luna llena la mejor ofrenda que tengo a la Pachamama… mi cabellera.
Gracias por leerme.
Jallalla
Warawara
2 respuestas a “Cuando nos cortamos el cabello…”
Gracias Warawara. Qué bien lo expresas. Escribes de una forma muy bella, suave, sin extremismos ni grandes y únicas verdades. Dices tu verdad y esa es la que nos llega, como mujeres, como seres humanos que compartimos la misma Tierra.un gran abrazo,Rosa
Me gustaMe gusta
Hola, yo acabo de cortar mi cabello despues de hace 5 años. Y quiero ofrendarlo a la madre tierra, es recomendable hacerlo en luna nueva?
Me gustaMe gusta