«La paz no es una palabra que trasciende desde la razón.
Es más que una palabra. La paz es un estado de conciencia.
Lo mismo que la palabra guerra, es otra palabra que habita en los que viven en esa baja frecuencia de la conciencia.
La paz es un estado alto de la conciencia. No pertenece al ámbito de la razón. Pertenece al reino del corazón.
Guerra se escribe con pintura roja y negra.
Amor se escribe con letras de oro, rosa y blanco
La guerra sirve para unos pocos que lo quieren todo.
La paz es para todos, los que necesitan poco, porque ese poco les produce lo suficiente como para convertirlo en mucho…y más.
Las guerras unen a los señores de la oscuridad porque cuestan mucho y la paz no cuesta mucho, pero vale millones que alcanzan para todos.
Los muertos no cobran porque los cementerios están llenos de héroes anónimos que pensaban cobrar al finalizar la guerra. Pero los muertos no cobran en los bancos…
Por lo tanto no vayas a la guerra, y demuestra tu valentía negándote a destruir la vida de alguien que ni siquiera conoces.
Si tú eres madre, seas de donde fueres, no dejes que tus hijos sean adiestrados para la guerra.
Enséñales el respeto a la vida de los demás.
Destruye todo lo que permita herir al otro con saña ajena.
La guerra es la exasperación de la razón convertida en irracional.
La guerra es un negocio de gente sin escrúpulos que exacerba conceptos fálicos patriarcales del siglo del oscurantismo medieval y los utiliza para implicar a los seres de luz, en hazañas oscuras, a cambio de falsas expectativas en el mundo de los muertos.
No vayas a la guerra.
No mandes a tus hijos a la guerra.
¡Jallalla!
Amawta Fernando Ergueta
Sacerdote Solar y Mensajero de los Andes
Catalunya 2022