¿qué es un circulo femenino? ¿qué hacéis en los círculos? ¿cómo influye en las mujeres el participar en círculos femeninos? ¿y los hombres qué?
Haciendo una revisión
“Un circulo femenino, es la imagen de un ciclo, es la conexión con la naturaleza, es hacerse semilla, planta, flor, fruto y árbol… es sentir la conexión con la vida aquí y allí, en el eterno fluir del universo, es elevar la conciencia hacia lo sagrado haciéndonos uno con todo… Un circulo femenino, es volver a trabajar nuestra propia feminidad y volver a escribir la historia desde nuestra propia vivencia”
Warawara
El camino circular es un camino sagrado, es un tiempo de sanación a nivel individual y a nivel comunitario. En este tiempo que estamos viviendo del Warmi Pachakuti, que para la sabiduría ancestral de los andes, es el tiempo donde todas las mujeres estamos volviendo a conectar con nuestra esencia divina femenina y la esencia femenina de la Pachamama.
Esto implica un regalo pero también una hermosa responsabilidad: equilibrarnos y sanar.

En este nuevo tiempo, las mujeres somos las encargadas, junto con los sabios y la comunidad, de co-crear una nueva realidad.
Tenemos la tarea de educar, de trasmitir a los niños y niñas los valores del amor, de la igualdad, del comunitarismo, del servicio y de las leyes universales.
Nuestro papel es muy importante para volver al equilibrio planetario, y ese papel implica ser valientes, sobretodo con nosotras mismas, atrevernos a vencer el miedo y entrar en nuestros propios miedos y temores.
Hay mucho, tanto de nuestra parte femenina como de la masculina que tiene que ser equilibrado y sanado, no solamente de esta vida, sino también de la vida que nos ha llegado a través de nuestras madres y abuelas. Cuando nos atrevemos a recorrer el camino en nosotras, ellas también, de alguna manera, lo están haciendo.
Limpiar nuestros canales emocionales, nuestras relaciones familiares, nuestras etapas de niña, adolescente, de mujer, de madre y de abuela, reconciliarnos con nuestro útero, con nuestra sagrada menstruación – lunación-, volver a conectar con el ciclo sagrado de la Luna, del Sol y de la Tierra, honrar nuestro tiempo ritual, recuperar nuestra sabiduría, la fe en nosotras mismas, hacernos valientes para amar, para abrir el corazón y volver a establecer la comunidad, recuperar los saberes ancestrales, los cuentos y los mitos, volver a escribir la historia, todo eso constituye una parte del camino sagrado que nos toca recorrer.

La otra parte, es recuperar nuestra ceremonialidad, rescatar esa parte sagrada de nuestra vida que hemos cedido y perdido con el tiempo. Nosotras las mujeres tenemos la tarea de restablecer y volver a una espiritualidad sagrada, lejos de dogmatismos e ideologías que nos impidan ser libres; una espiritualidad que respete las diferencias, que honre la libertad del ser humano y esté unida al amor por la humanidad.
Por todo esto nuestra misión es muy importante. Reconectarnos con la energía femenina de nuestra Madre Sagrada, la Pachamama, la Madre Tierra, Amma, Gaia, o el nombre que elijamos para ella, es una tarea fundamental, y la podemos realizar solas, en círculos o en comunidades.
Es el tiempo de volver a reunirnos, de volver a juntarnos alrededor del fuego para honrar la palabra sagrada.
Que así sea y se cumpla el plan sagrado del Gran Espíritu WiñayJakiri! Jallalla!!
Wara Wara · Neila Marquina.
Taypiri 13 Lunas