Hace unos días me preguntaron ¿qué es una sacerdotisa?
Y mi corazón me llevó a recordar los años de caminar, buscar, aprender, seguir caminando, buscando y aprendiendo. Cada momento vivido y cada persona que se cruzó en mi vida, fueron grandes maestros.
Siempre sentí que de algún modo todas las mujeres podemos ser sacerdotisas, si estamos dispuestas a mirarnos en nuestra luz y nuestras sombras, a tomar conciencia de nuestro poder interno, a sincronizarnos con los ciclos del cosmos y la naturaleza, a ritualizar cada momento de nuestra vida y honrar a nuestra Pachamama, que siempre nos sostiene y acompaña.
Al atrevernos a mirarnos al espejo, descubrimos que tenemos muchos aspectos de nosotras mismas que no nos gustan y muchos patrones que repetimos sin cuestionarnos, que nos bloquean o dificultan avanzar en nuestra vida y el trabajarlos y sanarlos, es lo que nos va haciendo más fuertes. Hace falta valor para reconocer nuestros defectos y fallas, para zambullirnos en nuestras propias “miserias”. Sin embargo, cada inmersión en nuestra oscuridad, nos permite emerger renovadas.

Renunciar a ser víctima
Cuando vamos quitándonos del espacio de la víctima de las circunstancias de la vida y a pesar de los dolores o dificultades, mantenemos abierto nuestro corazón y empezamos a decidir alineadas con nuestra alma, nuestro corazón y nuestra mente; qué es lo que deseamos para nosotras, cómo queremos vivir, y cuál es nuestra misión en esta vida, nos damos cuenta que nuestro poder interno comienza a crecer.
Aceptar nuestra naturaleza cíclica
Aceptar nuestra naturaleza cíclica y comprender que estamos inmersas en ciclos mayores, nos ayuda a fluir con cada momento de nuestras vidas. Los ciclos lunares nos permiten reconocer que nacemos y morimos cada mes para volver a renacer: con luna nueva, entramos en la cueva, en nuestro interior, en el útero de la madre tierra, somos el embrión que está desarrollándose; en la luna creciente, comenzamos a darnos impulso y a desplegar nuestras alas para volar; con la luna llena, celebramos la plenitud y la concreción y en la luna menguante, soltamos lo que no nos sirve para el nuevo ciclo y nos preparamos para volver a nacer en la próxima luna nueva.
Los equinoccios y los solsticios, marcan las temporadas alineadas con los ciclos de la Pachamama. Con el solsticio de invierno se inicia la siembra, colocamos nuestras intenciones para el nuevo ciclo que se inicia; en el equinoccio de primavera, se da paso a la temporada del retoño, cuando vemos emerger de la tierra los brotes; en el solsticio de verano, comienza la época de los frutos maduros y en el equinoccio de otoño, se produce la cosecha y limpiamos la tierra para prepararla para la nueva siembra. Si comenzamos a sincronizarnos con estos ciclos, como dice Fernando Huanacuni, nos convertimos en los agricultores de nuestra propia vida.

Ritualizar cada momento de la vida
Ritualizar cada momento de nuestra existencia, que es único e irrepetible, nos permite conectarnos con todo lo que es. Despertarnos cada mañana y agradecer por el nuevo día, encender una vela en nuestro altar para pedir que nuestro día esté bendecido y protegido, celebrar cada logro y todo lo que nos es dado, honrar a nuestros ancestros que han abierto al camino, celebrar cada ciclo diseñando nuestros propios rituales, abrazar a quienes amamos con el corazón presente, hacer alquimia con los alimentos que cocinamos (agregándoles una pizca de amor, otra de salud, un puñado de abundancia, etc.), podar nuestras plantas e imaginarnos que estamos limpiando algo que deseamos soltar. Y muchos más, que cada una irá creando y sintiendo.
Honrar a la Pachamama
Honrar a nuestra Pachamama que, como gran madre que es, nos cobija y abre su vientre para que podamos sentirnos enraizados en ella. Cuidarla y protegerla, haciéndonos cada vez más conscientes del daño que le hacemos; realizarle ofrendas no sólo para pedirle, sino también para agradecerle, como cada una lo sienta.
Hoy sigo recorriendo el camino de la sacerdotisa, de la mano de dos grandes guías y maestros a quienes agradezco siempre estar cerca: el Amawta Fernando Ergueta, Mensajero de los Andes y la Willumi, Sacerdotisa Amawtica, Mujer Medicina y Sanadora Warawara, Neila Marquina.

Ellos me enseñaron que para ser para ser amawtico, no es requisito ser originario de los andes, sino estar en equilibrio con la naturaleza y el universo, ser auténtico, tener congruencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos y asumir nuestra misión con el corazón, sabiendo que contamos con la complicidad y ayuda de los seres de luz que iluminan y protegen nuestro camino.
Que con el cambio de ciclo hacia la energía femenina del planeta, las mujeres estamos recuperando espacios de poder. Pero no el poder entendido desde lo masculino que es el que hemos vivido hasta ahora, sino el que proviene de nuestra propia identidad espiritual: al reconocernos como hijas de una gran madre, la Pachamama y un Gran Espíritu, al que llamamos padre, Dios, etc.
Que al recuperar nuestra identidad espiritual y al recordar: nos vinculamos a nuestros actos rituales y ceremoniales propios de las sacerdotisas, ejercemos nuestra libertad espiritual como una opción de vida que no está adscrita a una religión o ideología y tomamos conciencia que no somos sacerdotisas porque “decimos que lo somos”, sino “por un sentido profundo que da luz a nuestros actos y nos llama a ser auténticas y libres”.
Awilulu.
Articulo escrito por: Awilulu (Abuela Sabia, Vieja e Inocente) – María Constanza Videla Jáuregui · Mujer Medicina, Willumi (Sacerdotisa Amawtica), Terapeuta Integrativa formada como Psicóloga Transpersonal y Sistémica, Counselor Humanista, Coach Espiritual, Especialista en Parto y Crianza y Sanadora. Recorriendo el camino del recordar la Sabiduría Ancestral y honrar a la Pachamama.
Transcripción de la Entrevista realizada en la revista virtual Awicha.
4 respuestas a “La Mujer como Sacerdotisa de la Vida”
[…] nos trajo desde tierras lejanas a una abuela sabia, inocente, salvaje, libre con la presencia de Awilulu. Él nos enseñó a detenernos a cada paso del camino, a honrar cada elemento porque de cada uno […]
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Amada me ha llegado hondo todo lo que dices yo hay a mis 53 años de caminar por el sendero ando en el camino de la Sacerdotisa. Me honraria poder ser guiada por ti y tu sabiduría. Soy Facilitadora de Círculos de Mujeres y Acompaño en los procesos Femeninos a mujeres de todo el Mundo. Hago Círculos vía Zoom a nivel internacional y ojalá pudieras acompañar nos a alguno, así que ojalá podamos hablar de ello. Te abrazo fuertemente 🙌 ❤️
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Ohhh hermana… Que bello leerte, que hermoso tu camino y sagrada tu misión.
Siento que la Pachamamita nos une por razones que desconocemos pero que el corazón comprende. Sería un placer conocerte y acompañarte.
Escríbeme a mujermedicinadelatierra@gmail.com
Un abrazo inmenso
Warawara 💫
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Silvia me interesa unirme a un circulo de mujer, ¿dónde puedo ver la información ?
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