Que podemos esperar si envenenamos los mares.

Que podemos esperar si contaminamos el aire.

Que podemos esperar si jugamos con el fuego.

Que podemos esperar del amor que lo envuelve todo si nosotros no respondemos a su llamado.

Que podemos esperar si olvidamos lo que somos, mitad de tiempo pasado y mitad de tiempo divino.

Que podemos esperar del mundo si el mundo ha dejado de esperarnos.

Que podemos esperar de nosotros mismos si seguimos siendo antropófagos porque nos encantan los animales que nos acompañan, hasta que nos los comemos.

Que podemos decirle a la gente que nos mira con una falsa dignidad porque la auténtica la hemos perdido.

Que podemos esperar de los demás, si de tanto esperar nos hemos vuelto arena.

Que podemos esperar de nosotros mismos si en la distancia desaparecemos y solo se ve tierra, agua y humareda.

Quienes somos cuando cambia el tiempo y nos arrebatan la memoria.

A qué vinimos a la vida si lo que hacemos es solo consumirla y degradarla?

Por qué llenamos el mundo de tanto ruido y vacío si Dios nos donó tanto silencio y tan verde compañía?

Por qué no devolvemos a nuestros hijos y nuestros nietos el mundo que nos prestaron por tan poco tiempo y nos lo cargamos?

Cuándo nos dejaremos de sentir tan culpables ante nuestros dioses y tan pecadores ante los ángeles que ni siquiera se dejan ver tan fácilmente?

Cuándo llegará el día en el que como ayer me sentía libre de respirar y libre de soñar y de abrazar a quien se me diera la gana, para compartir el agua dulce del rio de la alegría, de la misma copa en la que bebieron los abuelos la chicha sagrada que me embriagaba y sanaba mi incomprensión?

Cuándo volveremos a tomarnos de las manos para mirarnos desnudos en el espejo del cielo, para no pervertir el tiempo circular con lo no sagrado?

Cuándo podremos volver a mirar la memoria limpia de la Pachamama sin programaciones absurdas que le quiten sus misterios?

Ojalá que poco a poco entre los que hemos quedado absueltos del gravamen del tiempo, podamos darnos las manos y organizar más círculos, para que mientras más círculos se atrevan a circular, más circule la armonía y podamos sanar la vida.

Jallalla!

Amawta Fernando E.
Sacerdote Solar
Catalunya