12 de Diciembre de 2017
21 DÍAS de preparación para el SOLSTICIO
“meditaciones, mensajes, canalizaciones y sueños”
Qué rápido pasan los días!! a penas si me da tiempo para poder transmitir toda esta hermosa cosecha que llega cada día.
Hace varios posts, que vamos hablando sobre la dualidad y hoy siento que es el momento de profundizar en una de sus manifestaciones que marca nuestro momento histórico: el Individualismo y el Comunitarismo (ojo! no es comunismo)!
Muchas veces escuchamos o leemos sobre lo mal que va la sociedad al llevarnos a un individualismo extremo, tanto así que cada vez que hablamos de individualismo pareciera que estamos hablando de algo muy, pero que muy malo, asociado al egoísmo, al Ego, el cual tenemos que sacarlo de nuestra vida y luchar contra él.
Por otra parte, también he observado y conocido personas que han estado experimentando el vivir en comunidades, desde una visión muy particular en la que compartían absolutamente todo, la casa, la comida, los espacios físicos, el tiempo, etc. etc. en los que se diluía la individualidad.
Esta es una situación normal en el cambio de ciclo que estamos viviendo, donde todo va hacia el límite para diferenciarse. Sin embargo, hay que recordar que ambos son parte de lo mismo, son las dos caras de una sola moneda. Pues la relación que tienen es igual en importancia.
En la Sabiduría Amawtica, se explica que no hay un solo camino, la dualidad representa dos caminos de conciencia y de libertad, que a la vez se complementan y son importantes para nuestro «buen vivir».
Necesitamos dedicarnos a los demás, entregarnos a la comunidad, hacer servicio, pero sin olvidarnos de nosotros mismos y de cuidar nuestra energía de estar bien.
La soledad del camino…
En las conversaciones con Amawta, cuando hablamos de la comunidad, del servicio, de compartir, de hecho él menciona que el amawtismo es un camino que conlleva mucha soledad, si queremos ser «amawticos», tenemos que aprender a sostener nuestra soledad, a sostener los momentos en que más solos nos sentimos.
Por ejemplo, hemos visto que para tener éxito en nuestro despertar espiritual o en nuestra sanación, necesitamos hacernos responsables de nuestras experiencias ya sean dolorosas o no. Y esta «responsabilidad» nos habla de «nuestra parte», como individuos, eso es lo que nos toca hacer a nosotros solos.
Por otra parte, sabemos que nuestras experiencias son particulares, aunque estemos en tribu, en clan, en comunidad, cada uno de nosotros vive sus experiencias personalmente, no existen dos iguales, pues no existen dos personas iguales y la interpretación, la sensación de lo vivido de la experiencia es individual.
También sabemos que cuando bajamos al pozo profundo de nuestras emociones, allí nos encontramos con ese sentimiento de profunda soledad, todos lo reconocemos, y es necesario que esté ahí, es necesario sentirlo, pues en ese momento de soledad, nos hacemos cargo de nosotros mismos, retomamos nuestro poder sobre nuestras experiencia y de esta manera somos nosotros quienes iluminamos nuestra sombra. Desde luego que afuera del pozo muchos nos pueden dar ánimos, pueden darnos pistas, pero quien tiene que iluminar su sombra y salir del pozo es uno mismo, para que esa experiencia tenga valor.
Entonces la soledad es una compañera muy importante en nuestro camino, que fortalece nuestra individualidad, nos empodera como individuos!
El re-encuentro con la tribu: la comunidad
Y esta experiencia en solitario, esta experiencia individual hace que la comunidad, que la tribu se enriquezca.
Una comunidad sana, una tribu sana, necesita tener tiempos específicos y sagrados para honrarse. No podemos estar tooodo el tiempo juntos, y vivir toooodo juntos, entrar al foso tooodos juntos y salir tooodos juntos a la vez y al mismo tiempo, es imposible, siempre habrá quienes vayan delante y otros que vayan detrás, quienes comienzan y otros quienes terminan, hay una jerarquía natural y cíclica que es parte de la naturaleza.
Esto se sabe dentro de la comunidad, dentro de una tribu sana, se sabe, se respeta y se honra el tiempo individual a la vez que se honra el tiempo comunitario. Pues sabemos que ambos son imprescindibles.
Cuando uno vuelve a la comunidad, a su tribu, después de haber pasado por sus experiencias en soledad. Es la tribu que celebra su retorno, acompaña su proceso y festeja si ha logrado liberarse de sus pruebas, pues sabe que cada individuo trae con su experiencia personal un regalo maravilloso: su propia sabiduría.
Y la sabiduría individual se suma a la sabiduría comunitaria. Y una tribu, que sabe honrar las experiencias individuales permite que su comunidad se haga más sabia, que todos crezcan con todos, que todos sean maestros de todos, que todos seamos discípulos de todos, que se honre la circularidad la femenidad, la no competencia, sino la integración de todos con todos.
En la tribu, en la comunidad, todos somos importantes, sabemos que no tiene sentido competir, que tenemos que respetar nuestros tiempos, nuestro ritmo, nuestro espacio y sobretodo nuestra libertad, esto hace que sanemos todos de forma equilibrada.
El equilibrio…
Necesitamos re-equilibrar nuestra individualidad que ha sido la tónica de los últimos tiempos para volver hacia la comunidad, a compartir nuestra sabiduría y a recibir sabiduría de quienes caminan con nosotros.
Y a la vez es importante comprender que necesitamos respetar nuestros tiempos, nuestros ritmos, nuestros colores, y honrar el camino individual de cada uno, pues cada persona que se sana a sí misma, eleva la vibración de toda la tribu.
Así nuestra sanación es una sanación tribal, nuestra tribu nuestro clan, comparte experiencias, dolores, tristezas aunque ni las mencionemos, pues todos estamos resonando y no estamos solos, aunque tengamos momentos de soledad.
Un ejemplo, en los círculos se constituye un pequeños espacio comunitario donde sanamos nuestros dolores individuales. Al compartirse la individualidad, el aprendizaje y la sabiduría de la experiencia personal se hace comunitaria. Entonces la comunidad que integra y honra esa experiencia individual, eleva su conciencia, crece, da un paso más en su camino hacia la unidad total. Y al marcharnos y dejar el circulo, nos vamos llenos, llevamos algo que hemos recogido, ese «algo» es el ayni comunitario, es la energía que sostiene nuestra individualidad.
Para finalizar…
Es algo muy bonito, reflexionar sobre este latido de la tribu, en el que todos compartimos y todos sanamos a la vez que todos estamos viviendo nuestras experiencias invididuales.
Por este mismo motivo, es importante que encontremos nuestra tribu, ese conjunto de personas con las que resuena nuestra alma, con las cuales sentimos que crecemos, que honran nuestra libertad pero a la vez son aquellos con quienes nos sentimos uno.
Durante estos años, de cambios que tendrá nuestra Pachamama, es casi urgente activar nuestras tribus, nuestros clanes, recuperar las formas circulares y sagradas para crecer individualmente y comunitariamente. Para ser sostenidos por nuestra tribu, para aprender de ella, para nutrirnos y a la vez para poder ser libres y volar a donde tengamos que ir.
Es urgente e imprescindible honrar la libertad de las personas… y también lo es recuperar la comunidad.
Jallalla!
Warawara Neila Marquina
Sacerdotisa de la Pachamama (Madre Tierra)
Sabiduría Amawtica Femenina para el nuevo tiempo
Lectura complementaria: La Gran Tribu de la Pachamama
