Sin duda uno de los regalos más bonitos que he recibido este año fue en St. Jordi, para quien no lo sepa es una hermosa celebración catalana en la que se intercambian libros por rosas! y mi libro de regalo fue este: «Cuerpo de mujer, Sabiduría de Mujer» de la Dra. Christiane Northrup, que como ginecóloga y obstetra escribe este libro desde un lugar cercano, amoroso, femenino:

“Sí, la sabiduría femenina es la sabiduría de la Tierra. La sabiduría de las estaciones, de la Luna creciente y menguante. Es la sabiduría de entender que la necesidad de descanso y reflexión es tan importante como la necesidad de actividad. Es la sabiduría del cuidado y la ternura, del deseo y la certeza de nuestro poder para manifestar nuestros deseos si estos nos emocionan. Es la sabiduría de los sueños y la intuición. Los hombres la tienen también, pero se les ha enseñado a ignorarla; a las mujeres, en cierto modo, también, pero eso está cambiando ahora”
Christiane Northrup
Es un libro recomendadísimo para todas aquellas mujeres y también hombres que están en este camino de sanación, en el camino femenino. La visión que da en su obra nos acerca mucho hacia nuestra espiritualidad, hacia comprender nuestro cuerpo, nuestra tierra y los mensajes que nos da a través de nuestros malestares femeninos.
Aquí os dejo el extracto de una entrevista de una de las mujeres que más me ha inspirado durante este año, espero que la disfruteis!…
«En esta entrevista publicada hace unos años en la extinta revista Única y firmada por Isabel Fernández del Castillo, la doctora nos explica que las enfermedades nos transmiten mensajes y nos muestran lo que podemos cambiar en nuestras vidas, denuncia la actual hiper-medicalización de los procesos naturales femeninos –menstruación, embarazo, parto, menopausia- y el papel del patriarcado y su miedo al poder femenino en esta situación, reconoce el precio pagado en la conquista de la mujer del mundo masculino y nos recuerda la importancia de la sabiduría femenina y la conexión con la Tierra…«
Usted afirma que el cuerpo envía señales mucho antes de que el intelecto esté dispuesto a escucharlas. ¿Pueden las enfermedades considerarse como un lenguaje del alma?
Absolutamente, el cuerpo no puede ser engañado. Cuando estamos fuera de sintonía con nuestra alma, el cuerpo nos lo hace saber. Cuando vemos los trastornos de esa manera, nuestra percepción se amplía, y dejamos de pensar en términos de «¿Qué he hecho yo para merecer esto?», «¿Por qué a mí?»…
¿Cómo se integra esto en el actual paradigma de la medicina?
La medicina occidental sigue el modelo físico de causa-efecto de Newton, que considera el cuerpo como una máquina que se estropea y hay que arreglar. Este paradigma es útil en caso de accidentes o de enfermedad aguda, aunque incluso las enfermedades y los accidentes pueden ser interpretados como un toque de atención para que despertemos. Para mí la clave es: si algo te duele, busca ayuda, pero, al mismo tiempo, hazte la siguiente pregunta: «¿Qué está pasando en mi vida ahora? ¿Está mi alma enviándome algún mensaje?».
Enseña a las mujeres a mirar hacia dentro, a hacerse preguntas…
Habitualmente no sabes de qué va una enfermedad hasta que la has superado, pero yo siempre he preguntado a mis pacientes: «¿Qué está pasando en tu vida ahora?». Y esta pregunta siempre proporciona información fiable sobre las causas ocultas de la enfermedad. Por ejemplo, los dolores menstruales y el síndrome premenstrual —trastornos muy comunes— suelen estar relacionados con mucha actividad externa, mala alimentación y poco tiempo para una misma, para cuidarse y vivir un ritmo más pausado. Como me decía una mujer: «Cuando pregunto a mi dolor de vientre qué me quiere decir, la respuesta es: “Toma un baño y descansa”. Y cuando lo hago, los dolores desaparecen».
Usted considera la salud y la enfermedad como el fruto de numerosos factores, no sólo personales y emocionales, sino culturales y de género. ¿En qué hemos avanzado y en qué hemos retrocedido las mujeres?
Las mujeres hemos avanzado claramente en el terreno sexual, en el que ya ejercemos el derecho a una vida sexual plena y gozosa. Hemos redescubierto el papel del clítoris en el orgasmo femenino. Hay, por tanto, una conciencia global sobre el horror de la mutilación genital femenina. Por otra parte, hemos retrocedido en términos de imagen corporal. Demasiadas mujeres pasan hambre para poder alcanzar el ideal actual del cuerpo femenino. También hemos perdido poder en el ámbito de la salud, con una medicación innecesaria para procesos naturales, como son el embarazo, el parto o la menopausia.
¿Por qué cree que los procesos femeninos naturales a veces se “tratan” como si fueran enfermedades?
Las creencias erróneas sobre el cuerpo femenino provienen del mito del patriarcado, que establece que el hombre es superior y la mujer inferior. La Inquisición y el inicio de muchas religiones revelan una profunda incomprensión y miedo hacia el poder femenino. Se estima en nueve millones las mujeres, principalmente comadronas, sanadoras y herboristas, acusadas de brujas y quemadas durante la Inquisición. No sé si se encontró alguna, pero la simple acusación era suficiente para quemar a una comadrona o una sanadora. Se han escrito muchos libros sobre esta historia y el modo en que sus efectos han reverberado a lo largo del tiempo.
¿Cree que las mujeres, al tratar de demostrar que valemos igual que los hombres, nos hemos dejado algo valioso por el camino?
Absolutamente. Conozco esta pérdida porque la he experimentado yo misma, especialmente cuando era residente de ginecología y mis hijos eran pequeños. ¡Pero entonces desperté! En muchos casos hemos perdido la conexión con nuestra propia magia, que viene del cuerpo, símbolo mismo de la Tierra. Hemos perdido la conexión con la naturaleza, con la luna y las mareas. Pero para recuperar esta magia todo lo que tenemos que hacer es recordarla, honrarla, dedicar un momento a experimentar su bálsamo. Nuestros cuerpos son muy agradecidos. Y cuando una mujer reclama su poder y su magia única —a través de conectar con nuestra sabiduría corporal— todos se benefician: hombres, mujeres, niños y la Tierra.
Los títulos de todos sus libros contienen la palabra “sabiduría”. ¿Cree que hay una sabiduría femenina?
Sí, la sabiduría femenina es la sabiduría de la Tierra. La sabiduría de las estaciones, de la Luna creciente y menguante. Es la sabiduría de entender que la necesidad de descanso y reflexión es tan importante como la necesidad de actividad. Es la sabiduría del cuidado y la ternura, del deseo y la certeza de nuestro poder para manifestar nuestros deseos si estos nos emocionan. Es la sabiduría de los sueños y la intuición. Los hombres la tienen también, pero se les ha enseñado a ignorarla; a las mujeres, en cierto modo, también, pero eso está cambiando ahora.
Han pasado doce años desde la publicación de su primer libro. ¿Cuál ha sido la respuesta de las mujeres? ¿Qué balance podría hacer?
La respuesta me reconforta. Oigo de mujeres en todo el mundo que encontraron “Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer” justo cuando lo necesitaban, y que cambió sus vidas. Lo que más me emociona es cuando las mujeres me dicen: “Cuando leí el libro, sentí como si pusieras en palabras lo que yo sentía. Nunca escuché a un médico diciéndolas”. Me resulta maravilloso que el libro ayude a las mujeres a confiar más en sí mismas. No soy un gurú. Quiero que las mujeres conecten con su autoridad interna y su verdad personal. Y esa es la esencia del feminismo.
Enlace: La doctora Christiane Northrup y su obra: “El alma nos habla a través del cuerpo”
Un abrazo enorme y femenino… que la sabiduría de todas las mujeres siga manifestándose… que sigamos nutriendonos entre todos para estar mejor, para sanar, para equilibrarnos!
Jallalla!
Warawara Neila Marquina
Sacerdotisa de la Pachamama (Madre Tierra)
Sabiduría Amawtica Femenina para el nuevo tiempo