«Nuestra palabra es creación y todo aquello que decimos, que mencionamos co-crea la realidad, damos nuestro «aliento de vida» a los significados de las palabras, por ello nos recuerdan los abuelos sabios de los andes, los amawtas… en el camino de Suma Qamaña, del Buen Vivir, hay que aprender un buen hablar».
Creo que de alguna manera, al menos una vez en la vida, a todos nos llama la atención el significado de nuestro nombre. Y a muchos de nosotros nos cuesta aceptar que nos hayan puesto uno, con el que no nos sentimos identificados.
De niña, muchas veces pregunté a mis padres «¿por qué han elegido mis nombres?» y con el tiempo me puse a investigar sobre los posibles significados etimológicos con el fin de entender por qué me sentia incomoda y sentía que estos no me resonaban.
En estos días de preparación para el Solsticio, es una buena oportunidad para reflexionar sobre aquella palabra que escuchamos tantas veces al día, ya sea en casa, en el cole, en la universidad o en el trabajo: «nuestro nombre».
«Nombrar» algo es co-crear su realidad.
En alguna de las conversaciones con Amawta Fernando, hablamos del poder de nuestra palabra, de la importancia de ser conscientes cuando «Nombramos algo», pues en ese momento estamos ejerciendo nuestro poder, estamos trayendo ese significado al momento presente, lo estamos co-creando. Todo en la Naturaleza, me dijo, tiene su nombre esencial y desde el «aymara», una de las lenguas primigenias pueden decodificarse, entonces me dijo, «podemos llegar a establecer una diálogo profundo, con cada elemento de la Pachamamita, y preguntar por ejemplo a una plantita que necesita, que propiedades tiene y si podemos usarla como alimento o como medicina».
Especialmente cuando nació mi niño, nos dió indicaciones muy detalladas para recibir las señales que indicarían cual era el «nombre que él había elegido y que resonaba con su esencia».
De ahí la importante y cuidadosa selección que existe y aún antes existía entre los sabios Amawtas de Tiwanaku, para elegir el nombre de un niño o niña que iba a nacer, esto era algo muy sagrado para el pueblo andino que lamentablemente con la conquista de América y la introducción de la «religión», fue perseguido y muchos seres fueron re-bautizados, pues sus nombres no eran considerados de «seres humanos».
En nuestro nombre, está nuestro poder o nuestra desgracia!
Cuando nuestros padres eligen un nombre, muchas veces intentan «darnos» o «nominarnos» las cualidades que ese nombre conlleva, ya sea el significado etimológico, el significado cultural, el significado emocional o familiar.
Sin darse cuenta, la gran mayoría de las veces, que ese «nombre» lo repetirán miles de veces y con él nos dejarán una «impronta», una huella que llevara ese «significado (contenido mental/idea) y su significante (estructura)» para referirse a nosotros.
Muchas familias a la larga optan por poner apodos a sus propios hijos, pues ven que el «nombre» que le dieron a sus hijos no corresponde con lo que ellos «sienten» sobre sus hijos, es decir sobre el «significado», lo que és, la idea, de esa esencia que está dentro de cada ser. Y así Francisca, pasa a llamarse Paca o Paquita y Dolores, Lola, Doli, Loli, etc. etc.
Y que a la vez, ese «nombre» que corresponde con nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos o con los faraones, dioses, emperadores, etc. al final nos lleva a intentar repetir historias que no nos pertenecen. Alguna vez en el análisis del Árbol Matricial, me di cuenta que «el nombre que se repite en una familia por más de dos generaciones, muchas veces «ancla» esa energía en la familia», ese nombre toma presencia y trata de continuar con los aspectos inconclusos que ha ido acumulando a lo largo de los años de vida de quienes los llevaban, repitiendo historias a veces no gratas.

«A veces, nuestro nombre habla de las expectativas o carencias de los demás».
Otro aspecto interesante, es que muchas veces nuestro nombre se convierte en una «etiqueta» con la que nos condenan a ser de determinada manera.
«Las Marías siempre son así», «Pablito es igual que su abuelo Pablo», «Las Dolores siempre sufren» «Los Victores son muy duros», «Todos los Carlos que conocí eran iguales», etc…. A veces sin darnos cuenta caemos en la «etiquetación» de las personas, nuestra mente intenta asociar personalidades y eso resta la autenticidad de cada ser, en otro contexto pasa lo mismo con los signos… «todos» los cancer/leo/escorpio/etc. son así… restando importancia a la Unicidad de cada ser.
En los libros de Castaneda, en algún momento Juan Matus su maestro le pide que «muera», que renuncie a quien es… a su nombre. En ese capítulo recuerdo que hablaba sobre que muchas veces las personas que nos conocen en un determinado momento de nuestra vida, nos encierran en su mente, en su «idea» sobre nosotros, sobre nuestro nombre y de esa manera nos impiden cambiar.
Por ejemplo, dicen en el cole que Lucía es una llorona…. pasan 30 años y para algunas de las personas que la conocieron en ese momento, Lucía sigue siendo la niña que llora… esa «idea» de que Lucía=llora, es un sello que muchas veces nos han puesto o hemos puesto a quienes nos rodean y que está ligado a nuestro nombre.
«Todos los seres somos únicos en el universo, la Pachamama nos pare y luego rompe el molde» (Amawta Fernando Ergueta)
Esta frase me la dijo un día Amawta y alivió mucho el tema de comparación que en ese momento estaba trabajando… Soy única, soy especial porque es imposible que existan dos personas iguales a mi, aunque tengan el mismo nombre, el mismo rostro, o hayamos nacido en la misma fecha, hora y lugar. Ni siquiera dos gemelos son iguales! Por tanto nuestra unicidad, nuestra autenticidad es un regalo!!!
Y nuestro nombre debería hablar de esa autenticidad, de quienes somos en esencia, pues nuestro nombre esencial, nos recuerda «quienes somos realmente» en lo profundo de nuestro ser!.
En fin!!! en este cuarto día de reflexiones quería invitaros a meditar sobre vuestro nombre, sobre su significado, sobre sus cargas, si hay etiquetas. ¿Tenéis ganas de conocer vuestro nombre esencial? más adelante volveré a escribir sobre ello!
Gracias por leerme!
Jallalla kullakitas y jilatas!!! Co-creemos nuevas realidades desde el corazón!!
Día 4 – 04 de Junio
21 DÍAS de preparación para el SOLSTICIO
“meditaciones, mensajes, canalizaciones y sueños”
Warawara Neila Marquina
Sacerdotisa de la Pachamama, la luna y el Sol
Sabiduría Amawtica Femenina para el nuevo tiempo
Una respuesta a “Sobre nuestro «nombre esencial»”
Es.increíble
Darme cuenta que.mi mimbre se a repetido tantas veces
Como sufrimientos
Ahora lo entiendo
Y ahora lo acepto
Deseo saber.El.nombre que me.dará Pachamama
Romper con.esta cadena
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