En este tiempo muchos códigos se están develando desde la sabiduría de las abuelas y abuelos de los andes, muchos códigos vivos que nos enseñan, que necesitamos para co-crear este nuevo tiempo que es el Warmi Pachakuti, en el que las comunidades estamos volviendo, las tribus, los clanes a sentirnos, a ser reales y no solo sueños.
Uno de esos principios es la Dualidad.
Así como hay dualidad en nosotros mismos, en nuestra mente, en nuestro corazón, en nuestro espíritu y nuestra cuerpo, así también hay dualidad en la Pachamama, el frío y el calor, el día y la noche, lo alto y lo bajo, la vida y la muerte… todas estas dualidades, son partes de un mismo ciclo que dan vida a todo lo que existe.
¿Cómo sería la tierra si solamente haría calor? ¿Si nunca cayera la lluvia? o ¿siempre fuera de noche?
La Pachamamita nos enseña como debemos vivir, comprendiendo y aceptando este cambio constante que hay en nuestra vida, y que no solo es afuera sino también hacia adentro de nosotros, en nuestras emociones, vivimos la alegría y la tristeza, la soledad y la hermandad, la belleza y la fealdad.
Amawta Fernando nos dice, aquí en la Pachamama, «conviven angeles y demonios», seres de todos los colores y de todas las clases, de miles de universos diversos que han venido a experimentar este bello paraíso que es la Tierra, donde vivimos en dualidad.
Así también, cuando estamos en circulo nos miramos de frente y nos reconocemos como contrarios, opuestos, pero no nos quedamos ahí, porque recordamos la sabiduría de los amawtas, que nos dicen que nuestras miradas son complementarias.
Así la mirada de mi hermana suma a mi mirada, porque la visión de quien está frente a mi, aún sea diferente suma a la mía y juntas nos acercamos un poquito más a la realidad, al misterio, a la sabiduría que está en el centro está el fuego, está el vació, está el espíritu, está lo que nos une.
Que importante recordar esto, porque así nos evitaríamos tanto discutir! ¿Qué sentido tiene pelear con mi hermana, con mi hermano, con mi padre, con mi madre, con mi hijo? si todos vemos desde nuestros lugares? si todos sostenemos un trocito de verdad? Si nadie tiene la verdad absoluta, sino que entre todas y todos nos hacemos más sabias?
Así aprendemos cuando estamos en circulo, así aprendemos a ser comunitarias, de a poquito, de a pasito, de a miradas, de escuchares, de sentires, de experiencias.
Así crecemos en tribu. Gracias Amawta Fernando Ergueta, por tantas semillitas que has dejado en mi corazón. Gracias hermosas mujeres con quienes nos encontramos frente a frente. Gracias hermosa tribu amawtica que tanto me enseña en el camino hacia ser mejor persona, hacia ser auténtica.
Jallalla!!!
Warawara
Wilumi · Sacerdotisa de la Pachamama, la Luna y el Sol
Mujer Medicina de la Tierra · Mujer Amawtica