Cuantas lecciones de amar, de fluir, de adaptarme me has enseñando Uma mama, Madre Agua. Tu propia transformación me transforma, tu claridad me confronta, tu fuerza me enseña la mía propia, así como tu fluidez.
Todo se mueve me dices, aunque nadie lo vea, nada te detiene, nada te estanca pues encuentras la manera de transformar tu energía y te elevas por los cielos o buscas en las profundidades de la tierra.
¿Que te detiene? me preguntas… Me detengo a mi misma, mis miedos, mis patrones, la resistencia del ego, la pereza… ¿Qué me detiene? me pregunto.
Y así voy viajando por dentro mío para encontrar mis propias respuestas. Sagrada madre, mamita agua, gracias por tu palabra sanadora.